Filosofía y ciudadanía

Textos

Banalización de la Filosofía

“Como buena autodidacta, cada vez que escucho la palabra filosofía me levanto y me cuadro, por si acaso. En esto ha sido siempre muy estricta: que no la encuentren a una culturalmente en pelotas. Hace tiempo, por ejemplo, cuando alguien abrió cerca del periódico un bar llamado la Filosofía, me escandalicé tal que si Platón hubiera levantado la cabeza y hubiera clamado por un Prozac. Sin embargo, con el tiempo he ido viendo que los responsables del bar estaban erigiéndose en adelantados heraldos de una nueva faceta del pensamiento hueco: aquella que consiste en definir el fundamento, motivo y finalidad de las cosas como si se tratara de una conquista del pensamiento. Es decir, de filosofía. No hay marca de coches que carezca de su paquete filosófico. Parece imposible vender un auto sin colocarle previamente al cliente la filosofía adjunta. `El futuro no es aquello que está por venir. Es aquello que vamos a buscar.´ O bien, `¿Para qué esperar que llegue el futuro cuando podemos ir a su encuentro?´. Hasta los bancos se nos ponen profundos. : “El conocimiento es el impulso que hace que el pensamiento vuele alto´, dice una corporación bancaria internacional que se ofrece para `hacer realidad las oportunidades´. No puedes abrir el periódico ni conectar la tele sin que la profundidad de esas mentes insondables, lamentablemente perdidas para la reflexión en aras de las ventas, te coloque un puñado de sus filosofías.

Y ahora me entretengo coleccionando filosofías. Voy por plazas y avenidas a la caza de muestras, como si cazara mariposas. Y me he encontrado con que el mundo entero es una piedra filosofal. Filosofan los salones de belleza (`Nuestra filosofía es la generación de bienestar físico y fuerza interior´ ) y las salas de depilado y colocación de uñas postizas; las marcas de calzado para caballero y los diseñadores de modas, los servicios de telepizza y los portales de Internet. Todo es filosofía en este mundo feliz.

Eso me pone muy contenta, porque nunca más me sentiré acomplejada cuando alguien pronuncie la sacrosanta palabra en mi presencia. ¿Me voy a cuadrar yo, ante la filosofía, cuando por 150 miserables pesetas puedo comprar un periódico y encontrar entre sus páginas la esencia misma de nuestra época, contenida en una intensa frase filosofal: ir siempre por delante significa abrir nuevos caminos, avanzar en nuevas direcciones´ ? ¡Si te la colocan con un simple Volvo! “

Maruja Torres. “Filosofías para todo”. El País Semanal.

1.- Resume el texto propuesto.

2.- ¿Qué relación guarda la filosofía con un producto que se publicita?

3.- ¿Qué consecuencias tiene para la filosofía, según la autora, su utilización en la publicidad?.
Fuente: Paco, profeblog

También el hombre normal es filósofo. La filosofía no sería un añadido -otra cosa es que las distintas conclusiones sean más o menos acordes con los hechos y más o menos saludables o perniciosas- a la vida humana. La filosofía constituiría, por el contrario, parte de la médula de la existencia humana a la que nadie podría sustraerse. (…) Y es que imaginemos a un hombre “normal” que no se planteara jamás problema filosófico alguno sino que solamente durmiera, comiera, sudara, charlara del buen o mal tiempo, se preocupara por ganar más en su trabajo, se las apañara para conseguir una buena pareja, se ocupara de que sus hijos no se murieran de hambre, etc. Pero nada más. Es decir, tales actividades no le plantearán nunca problemas acerca de la conciencia, sobre la supervivencia, el tiempo y su compañera, la muerte si es mejor seguir una norma ética o destruir cualquier norma con la que se tope. Un hombre, en suma, que no tendría preocupación alguna que superara las necesidades estrictamente animales por evolucionadas que estas fueran. Tal hombre no sería hombre. Se parecería al perro de Schopenhauer que siempre tiene ajustadas sus representaciones a sus deseos. (…) Por mucho que se haya repetido que el hombre es filósofo por naturaleza y por grandilocuente que nos suene dicha expresión, sigue conservando una gran verdad: el mero hecho de la existencia humana coloca al hombre en situación tal que no puede por menos de plantearse su destino, elegir su vivir y sufrir, de una u otra manera, por ello.

JAVIER SÁDABA en Lenguaje, magia y metafísica.
Fuente: La lechuza de Minerva

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