Al lado de la carretera comarcal que va desde Weißenfels hasta Leipzig y que pasa por Lützen, se halla la villa de Röcken. Se encuentra rodeada de sauces, álamos y olmos aislados, de modo que desde lejos sólo se ven sobresalir las elevadas chimeneas de piedra y el antiquísimo campanario sobre las verdes cimas. En el interior del pueblo hay anchos estanques separados unos de otros por estrechas franjas de tierra. En torno a ellos, verde frescor y nudosos sauces. Algo más arriba se encuentra la casa parroquial y la iglesia; la primera está rodeada de jardines y de prados arbolados.
Muy cerca se halla el cementerio, repleto de lápidas semienterradas y de cruces. Tres acacias majestuosas de amplias ramas dan sombra a la propia casa parroquial.
Aquí nací el 15 de octubre de 1844 y, a causa del día de mi nacimiento, se me bautizó con el nombre de «Friedrich Wilhelm». El primer acontecimiento que me conmocionó cuando aún estaba formándose mi conciencia fue la enfermedad de mi padre. Era un reblandecimiento cerebral. La intensidad de los dolores que sufría mi padre, la ceguera que le sobrevino, su figura macilenta, las lágrimas de mi madre, el aire preocupado del médico y, finalmente, los incautos comentarios de los lugareños debieron de advertirme de la inminencia de la desgracia que nos amenazaba. Y esa desgracia vino: mi padre murió. Yo aún no había cumplido cuatro años.
Algunos meses después, perdí a mi único hermano, un niño vivaz e inteligente que, presa de un ataque repentino de convulsiones, murió en unos instantes.
Gracioso video de Muchachada nui sobre el filósofo alemán:
Fragmento de la película que hemos visto en clase. Podéis encontrarla troceada entera en youtube
3 comentarios:
para ser un buen filosofo
el guiarnos de otros hace al maestro.
el amor es basura si no es de dos,
la compañía no basta sin presencia
uff Marisa, lo del vídeo de sus últimos días son un poco chocantes, pero tampoco es que su día a día fuese mejor, la verdad que no tuvo una buena vida y ni mucho bueno una buena muerte.
Lo más interesante quizás sea que de esa vida morbosa y solitaria emergió una voluntad creadora, una suerte de lucha y compromiso vital únicos...
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