lunes, 9 de enero de 2012

Anécdotas sobre Descartes



Una de las cabezas más ilustres del panteón de filósofos, Rene Descartes, sin embargo acabó perdiendo su cabeza... o mejor dicho, acabaron perdiendo su cabeza... literalmente... dieciséis años después de su muerte su cadáver fue exhumado a petición de sus amigos y llevado a París, salvo su dedo índice derecho, que se lo quedó el embajador de Francia, ya que quería poseer el dedo de quien escribió “cogito, ergo sum”.Durante el viaje, alguien le cambió el cráneo por el de otro muerto, y el verdadero pasó de mano en mano hasta que llegó definitivamente al naturalista francés Georges Cuvier (1769-1832).



Descartes, quien consideraba que en la naturaleza, podiamos encontrar (además de Dios) dos tipos de sustancias diferentes, la rex extensa y la cogitans, llegó a la conclusión de que el funcionamiento del cuerpo del hombre, ya que es sólo materia, debía ser identico al que rige pàra las leyes físicas de la mecánica. Esta teoría, que podemos encontrar en el "Tratado del hombre", fue tan asimilada por el autor que se dice que René, que además era gran aficionado a las ciencias ocultas, cual moderno pigmalion, construyó un autómata femenino que le acompañaba en todos sus viajes: así estuvo hasta que el capitán de un barco en el que viajaban la arrojó por la borda, sin saber nada de ciencia, diciendo que “era obra del diablo”.


Vía facebook

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